Implicaciones de nuestra gesta

Hablábamos ayer de la más que probable estrategia de la directiva, del Alcalde, del grupo municipal del Alcalde y de tantos otros estómagos agradecidos, que se tendrá que poner en práctica para contrarrestar lo que ocurra el día 23.

¿Somos excéntricos? Para nada. Es que se juegan mucho, señores.

Nos encontramos a punto de realizar el mayor contraataque que se ha hecho en Otura hacia la gestión de nuestro amadisimo Ignacio Fernandez-Sanz. Su legado, que debería ser negado, rechazado, y ocultado a nuestros hijos salvo para asustarles con el hombre del saco, en realidad perdura. Ninguno de sus sucesores ha intentado librar de esa lacra al consistorio. Siguen las mismas riñas, los mismos comportamientos y las mismas ambiciones. Lo único que se diferencia entre ahora y octubre, es que andan metiendo tanto la pata que no pueden dedicarle tiempo a acosarnos como hacían en tiempos de Nacho. Ahora andan más preocupados por lo que haga Diputación. Aún así, no se resignan, y aprovechan sus últimos baluartes en el Consejo Rector de la Urbanización para mantener el pendón en alto y esperar un mejor momento. Si de ellos dependiese, no habría asamblea.

Eso, señores, se acaba.

Aunque muchos combatientes dejaron su lucha cuando cayó Nacho, otros tantos seguimos. Ahora marcaremos un referente. Porque, díganme, una vez que el Ayuntamiento deje de meter mano en la urbanización Nueva Otura, ¿que pasará en el resto de urbanizaciones con el mismo problema? Pues que con un precedente sentado, seguirán las mismas pautas, ya que con paciencia todo se consigue. Ya los tuvimos a nuestro lado cuando nos manifestamos, y desde aquí les mandamos nuestro mejor deseo a todos aquellos que se encuentran en nuestra situación. Peleen, porque el muro ya se está desmoronando.

¿Creen que los herederos de Nacho sólo se juegan perder control sobre una urbanización del pueblo? Se están jugando perder su hegemonía, la presencia en los principales órganos, los medios para seguir hostigando y aprovechándose de la gente, y sobre todo, se están jugando mantener la imagen de que son indestructibles.

Ya se escuchan tambores en la distancia.